EL ESTUDIANTE DE SALAMANCA
''Bella y más segura que el azul del
cielo
con dulces ojos lánguidos y
hermosos,
donde acaso el amor brilló entre el
velo
del pudor que los cubre candorosos;
tímida estrella que refleja al
suelo
rayos de luz brillantes y dudosos,
ángel puro de amor que amor
inspira,
fue la inocente y desdichada
Elvira''.
Víctima
de don Félix de Montemar, doña Elvira de Pastrana se muestra como un ejemplo claro de la figura
prototípica de mujer en el Romanticismo, atrayendo hacia sí la compasión del
lector, con el empleo, entre otros, de imperativos que agudizan su dolor (Vedla allí que sueña en su locura / vedla, postrada su piedad implora / vedla, que sola se contempla y llora / miradla delirante sonreír). En este
sentido, podemos ver como Espronceda comienza la descripción de la joven señalando
su carácter puro y su inocencia (Ángel
puro de amor que amor inspira / fue la inocente
y desdichada Elvira) a la vez que su belleza y recogimiento (Bella y más segura que el azul del cielo / con dulces ojos lánguidos y hermosos / tímida estrella que refleja al suelo).
Arrastrada
hacia don Félix por la locura de amor en que se ve sumida, Elvira se deja guiar
completamente por los sentimientos y no por la razón (rompiendo con el precepto
básico del Neoclasicismo), olvidándose así de todo cuanto la rodea; No es capaz
de ver más alla de él pues está embriagada de amor y extática lo adora.
A
pesar de la inocencia con que Espronceda describe a doña Elvira y los numerosos
adjetivos que rodean su imagen de bondad y sencillez, será castigada con la
muerte por los pecados cometidos de los que parece no arrepentirse. Sin
embargo, el lugar al que irá a parar será el cielo (Y huyó su alma a la mansión dichosa / do los ángeles moran), en
contraposición al final que recibirá don Félix (quien obtiene el verdadero
castigo siendo obligado a casarse con el esqueleto de la mujer que rechazó y
burló), que representa en su personaje a un hombre satánico que se opone a
cualquier ley u obstáculo que jalone su libertad, así como a Dios o al diablo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario