
“-Entrégate, la decia después a Zulema, entrégate a tu padre, hija desnaturalizada, y él te perdonará; la sangre de ese perro, no la tuya es la que necesita mi venganza. Negóse la amante granadina y renovóse con mas furia el asalto. Apenas quedaban algunas varas de terreno ya cerca de la cumbre y junto al horrible despeñadero a los desgraciados, cuando Don Fadrique herido por mil partes la dijo-Entrégate, amada de mi alma, y sálvate, yo ya no puedo vivir, ¿qué me importa morir ahora ó dentro de algunas horas, morir de flechazos ó de una cuchillada?-Si tu mueres, muramos juntos, morir gozando. Dijo la mora abrazándose con su amado, y precipitándose con él en el abismo.”
Este fragmento que expongo
pertenece al cuento "La peña de los enamorados", que encontramos publicado en Semanario Pintoresco español en su edición del 11 de noviembre de
1836.
El cuento lo relacionamos por un
lado con el tema del amor y por otro lado, con la novela morisca, que tan de
moda había estado en el Barroco (lo que no es raro pues constituye un
tema exótico, muy del gusto romántico). En él encontramos una mora y un
cristiano cautivo que viven un amor complicado por la situación en la que les
ha tocado vivir pero que están dispuestos a cualquier cosa por conseguir estar
juntos.
Lo que aquí me interesa resaltar
es la caracterización de la protagonista en relación con la época literaria en
la que se inscribe el texto.
En primer lugar, encontramos que
el personaje protagonista de la obra es una mujer, pero no una mujer usada como
pretexto para crear un conflicto (como ocurría con las mujeres de la comedia
barroca), sino una mujer con identidad propia y una total independencia.
Zulema, que así se llama nuestra
protagonista, es capaz, como vemos, de recurrir a engaños y tretas para estar
con el hombre al que ama. Se observa en este fragmento que es una mujer con
autoridad y capacidad de decisión. Las
mujeres del romanticismo no son mujeres subordinadas a un “poder” superior,
como podría ser la figura paterna, sino que son mujeres capaces de tomar una
decisión, ser consecuente con ella y luchar hasta el final por conseguir el desenlace deseado (aunque en general la única vía de escape acabe siendo la muerte). En este periodo literario aparece algo nuevo, que es el “amor”
entendido como algo pasional, que puede vencerlo todo. Ya no encontramos
mujeres conformistas dispuestas a aceptar un matrimonio por conveniencia, sino
que lucharán por conseguir salir de esa situación, que les crearía una gran
infelicidad, y llegar a vivir el amor que desean. Como no es de extrañar, este
dejarse llevar por las pasiones, acabará normalmente en una muerte trágica,
como la que aquí nos encontramos.
En resumen, Zulema decide fugarse
con Don Fadrique, su amado, para huir de un matrimonio acordado; lleva a cabo
esa fuga, y no duda ni un momento en morir con Don Fadrique, retando a su padre
hasta el último momento. Bajo mi punto de vista, Zulema es un ejemplo muy claro
del cambio que encontramos en cuanto a la configuración del personaje femenino
en el Romanticismo, siguiendo el camino que había marcado ya el Duque de Rivas
con Don Álvaro o la fuerza del sino un
año antes de la publicación de este cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario